Le estoy empezando a coger el punto al guionista de mi vida. Mi cabeza elige qué es lo que tengo que hacer: “Hoy vas a escribir sobre la casa nueva, sobre lo felices que estáis tú y Lorena, sobre lo realizado que te sientes después de tu primer trabajo en Australia”. Pues no. El guionista de mi vida me susurra al oído: “Vete a la biblioteca de Grote Street, y así puedes conectarte a internet sin gastar dinero. Aparcas el coche cerca y por un día ponle ticket no vaya a ser que te vayan a multar”. Le hago caso y voy a robar internet desde mi portátil. Toda la ciudad de Adelaide tiene zona de parking de pago, pero nadie parece ponerle el ticket a su coche. En casi dos semanas que hace que tenemos el coche, ninguna vez he pagado por aparcar. Salgo del coche con mi portátil en la mano, y haciéndole caso al guionista de mi vida, pago 1.20 dólares por media hora de parking. Tengo tiempo hasta las 11:30 am para estar dentro de la biblioteca. Por una extraña razón que no consigo averiguar, mi portátil no consigue conectarse hoy a la red wifi de la biblioteca. Le doy 500 vueltas al aparato, a la conexión, le pregunto al bibliotecario, llamo a Lorena por si ella tiene la solución, pero hoy mi portátil no quiere conectarse a la red. Pasan 20 minutos de las 11:30 y al acercarme al coche compruebo que un papel sospechosamente parecido a una multa, está colgado en el parabrisas del coche. 22 dólares por haberme pasado 16 minutos de la hora indicada en mi ticket. El resto de coches que están a mi lado no tienen ni ticket, ni multa. Me cago en los más altos estamentos eclesiásticos y me meto dentro del coche. El aire acondicionado es un secador de pelo a la máxima potencia de calor los cinco primeros minutos. Sudo y la clase de inglés hoy empieza a las 14:00.
Antes de salir de casa, el guionista de mi vida me vuelve a susurrar que cambie la bolsa de la basura, que el postre de anoche, un par de mangos deliciosos, pueden empezar a fermentar y dejar un olor asqueroso en los 20 metros cuadrados del apartamento. Saco la bolsa de la basura, seguramente la bolsa de basura más inútilmente fina del mundo, y con la ayuda del plástico en dónde estaba la carne de ternera de anoche, consigue romperla y esparcir por toda la moqueta, las pieles del delicioso mango de anoche, que evidentemente todavía no olía mal. Limpio el desastre y me voy a la clase de inglés. El secador de pelo, que es la brisa del viento en Adelaide sobre mi cara, me deja la boca seca.
Hoy hablamos del Present Perfect Continous y del Past Perfect Continous o algo así. El guionista de mi vida intenta susurrarme algo al oído, pero antes de que entienda que me quiere decir, le tapo la boca con esparadrapo y le digo que a partir de ahora, la aventura la elijo yo. Así que, emulando a los libros de “Elige tu propia aventura” que leía cuando era niño, hoy tengo estas posibilidades para elegir:
Opción 1: Si quieres que Sam y Lorena se tomen cuatro o cinco Coopers, antes de disfrutar de la noche de Adelaide, vete a la página 69.
Opción 2: Si quieres que Sam siga comprando las mismas bolsas de basura, que se rompen con solo mirarlas, vete a la página 2.
Opción 3: Si crees que Sam debe seguir sin poner tickets en su coche y robar internet en la biblioteca, pasa por la línea de salida.
Evidentemente me voy a la página 69 y esta noche nos bebemos las Coopers que hagan falta. Ya tenemos la casa más grande posible para que vengáis a visitarnos. Si queréis venir a Adelaide, pasad por una agencia de viajes, pagad un billete de avión hasta aquí, que el resto lo ponemos nosotros (id a la página que queráis).
Son las 18:30 pm y el secador de pelo sobre mi cara parece que da una pequeña tregua, allí son las 9:00 am, y es hora de que le digáis al guionista de vuestra vida que dejé de mentiros como lo hace conmigo.
jajajajajajaj eres bocasecaman....jajajajajajaja que grande!!!!!
ResponderEliminarcomo diria un excelente escritor de novelas de eligi tu propia aventura....http://www.youtube.com/watch?v=ssT4dudS42E.....por favor mirarlo....jajajajajajajaja
ResponderEliminarSam, me encantan tus historias. Cada día deseo que cuelgues una nueva, son mi break escribiendo la tesis en Mordor. Me ayudan a transportarme por unos instantes a Adelaide, a los buzones donde repartes la publicidad, a los sitios de venta de coches de segunda mano o a la biblioteca.
ResponderEliminar¿le has puesto nombre al guinista? Un beso!!!
Opción 1, sin duda!! Eres muy bueno contando historias Sam, ni los mejores novelistas!!! Cada día nos sorprendes más y más! Abrazos!!
ResponderEliminarPor cierto, la casa tiene muy buena pinta..y Lorena está muy guapa en ella!!!
Ya me gustaría haceros una visita.mami
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