Fin de la Primera Parte de las aventuras de Lorena y Sam en Australia. Si quieres saber cómo nos va:

Y ahora, ¿Cómo es el invierno en Australia?

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jueves, 2 de diciembre de 2010

23/11/10 Ideas en cementerios australianos

Siempre que visito un cementerio me viene a la cabeza un cuento que empecé a escribir hace años. Un día paseaba por el cementerio de Montparnasse en París, lleno de tumbas de famosos escritores como Sartre, Beckett, Cioran o Cortázar, y me vino a la cabeza una idea para exprimirla en forma de cuento.
Imaginé qué le pasaría a un escritor de éxito si de repente  perdiese su inspiración. En el momento álgido de su carrera literaria, el escritor se levanta una mañana sin ninguna idea para su próximo libro. Un pequeño agujero en su cabeza es el indicio de que la inspiración se le va escapando poco a poco, como si un globo de helio fuese deshinchándose. El escritor de éxito se refugia en los cementerios de las ciudades que va visitando para presentar su próximo libro, y visita las tumbas de sus autores favoritos y les pide consejo. Evidentemente las tumbas no hablan, pero el escritor de éxito delira y habla con cada uno de ellos. Sigue los consejos de Beckett, las ideas filosóficas de Cioran o el surrealismo genial de Cortázar. El siguiente libro del escritor de éxito es un tremendo fracaso en ventas, pero es del único libro del que está realmente orgulloso. En fin, que dejo mi cuento aparcado hasta que visite otro cementerio y me venga a la memoria la historia del escritor de éxito que pierde la inspiración.

Lo que he venido a hacer cerca de éste cementerio no es buscar inspiración; lo que he venido a hacer es repartir catálogos navideños por el barrio que me ha tocado. La temperatura se ha instalado en los 30ºC y según comenta la gente de aquí, no se va a marchar de ese valor hasta dentro de 6 meses. Suspiro inspiratorio para empezar mi primera jornada laboral. La gorra negra en la cabeza, las gafas puestas para evitar que los rayos del sol me quemen los ojos, y ya estoy preparado. A cargar con la bolsa del Ikea llena de catálogos variados para que los australianos de éste barrio compren todas las barbacoas, aparatos de aire acondicionado, bicicletas, muebles de cocina, relojes, libros, juguetes y demás artilugios que os imaginéis que llevo en el paquete de 12 catálogos que montamos anoche para que hoy los pueda dejar en los buzones de los encantadores vecinos de Payneham. 
Así quedan los catálogos dentro de un buzón aleatorio de la Marian Road, la calle más soleada de South Australia.
Mirando la hora en mi reloj me doy cuenta de que me estoy poniendo morenote. En los pelillos de mis brazos ya se nota que ha llegado el verano. Mi cara sigue teniendo ese tono rojo que tantas veces me dice Lorena: “Neno, estás rojo”, pero ahora no estoy rojo, estoy con un punto moreno de playa que muchos envidiaríais. 

Son las 14:35 pm y me quedan muchos catálogos por entregar. Dormid un poquito más que estáis todavía en las 5:05 am. Os paso un poco de calor australiano antes de que os levantéis de la cama. 

2 comentarios:

  1. ¡Animo chico, tu vales! .Tomatelo como conocer Adelaide dando un paseíto.Creo que como escritor, no lo haces nada mal.mami.

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  2. te recomiendo una banda sonora para inspirarte en tu cuento....wovenhand!!!liturgia del rock esta muy bien escuchalo....

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