Fin de la Primera Parte de las aventuras de Lorena y Sam en Australia. Si quieres saber cómo nos va:

Y ahora, ¿Cómo es el invierno en Australia?

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sábado, 15 de enero de 2011

07/01/11 La importancia de la escobilla del váter

El día que  fui a comprar mi primera escobilla del váter, el vendedor me soltó una frase que jamás olvidaré:
“Ahora la taza del váter no necesita escobilla. Ahora fabrican tazas muy limpias”, me  soltó tal cual, sin inmutarse.
“¿Cómo?”, le contesté yo asustado.
“Ahora no hace falta comprarse escobillas. El material del que está hecho la taza del váter te permite olvidar ese artefacto feo. Yo no tengo en mi casa”, me dijo y le dio una calada a su Ducados negro.
Mi cabeza se fue volando hasta el baño del vendedor y rebotó hasta la tienda en menos de un segundo. Le miré los dedos amarillentos de fumador empedernido, los pelos rizados que le salían de las orejas y a sus dientes, que eran el teclado de un piano con demasiadas teclas negras.
“Pero…”, mi cabeza se debatía entre marcharse de aquel lugar o esperar la réplica del vendedor que no quería que comprase mi primera escobilla del váter.
“Con lo bonitos que son los baños. Una escobilla del váter siempre sobra”, otra calada y mis pies giraron todo lo rápido que pudieron para marcharse de allí. Tenía miedo de aquel tipo.
Yo no dudaba que las nuevas tazas del váter que tenía aquel tipo no fueran limpias, y que su material fuera el último grito del mercado. Lo que pasa es que lo que habitualmente se lanza al fondo del váter nunca será limpio. Por mucho que nos dediquemos a comer  jamón de jabugo, chocolate suizo o angulas del Mar del Norte, el rastro después de la comida nunca dejará la taza del váter limpia.

“Tú hazme caso, chico, las escobillas del váter son parte del pasado”, me dijo como si estuviera recitando una frase filosófica de Platón.
“Bueno, pues ya pasaré otro día”, le dije, pensando que el cepillo de dientes, el papel higiénico y la jabonera me la iba a comprar en el chino de la esquina.

Y hablando de chinos y esquinas, esta historia viene a cuento porque hoy quería enseñaros qué te puedes encontrar en muchos (casi todos) los lavabos públicos de Australia.


Resulta que los australianos, cansados de que  mucha de la inmigración que llega de los países asiáticos se dedique a utilizar la taza del váter de una manera incorrecta, se han dedicado a colocar carteles en las puertas de los lavabos para que no tengas dudas de cómo se deben utilizar. Me parece genial una de las frases de la primera foto. “Lanzar el papel del váter dentro de la taza después de usarlo, nunca en la papelera”. Y por supuesto, luego hay que lavarse las manos. Nada más que añadir.

Espero que el vendedor que no quiso que me comprara mi primera escobilla de váter haya reflexionado de la verdadera importancia que tiene ese feo artefacto en todos los baños del mundo. Una escobilla en el Ikea está ahora con precio de rebajas de verano: 1 dólar. Tanto trabajo sucio a un precio tan bajo. Brutal. Son las 15:45 dentro de la biblioteca North Terrace de Adelaide y ojalá que nunca lleguen a fastidiaros las 6:15 de la mañana con un repentino ataque de…tos.

3 comentarios:

  1. Sam va un grupo de ciclistas ( alguno asturiano) me parece que este mes, ahí a Adelaida a una carrera, espero que la puedas ver y disfrutar, besos

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  2. Debo pronunciarme:

    En Brasil tirar el papel a la taza es un suicidio, se taponará seguro...en todos los baños hay una papelera. En Paraguay debe ser aún peor, un amigo hizo una fiesta en su casa, en la que el water funcionaba perfectamente y no era necesaria la papelera, pero los invitados, ante la incertidumbre, optaron por tirar el papel (usado) al suelo...la taza siempre genera desconfianza...

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  3. Yo uso la escobilla para lavar con liquido jabonoso el váter después de que no tenga restos orgánicos. Con lo cual no está sucia.Mami

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