A veces parece que todas las palabras nuevas tienen que empezar por “i”. “Limpio el iPad (apartamento de la ciudad) mientras escucho mi iPod y compruebo si tengo algún correo nuevo con mi iPhone. El iWorker que trabaja debajo del apartamento lleva tres meses cargando las mismas cajas de cartón llenas de iThings inútiles que nadie nunca va a comprar”.
Dejo la” i” tecnológica sumergida en el cubo de la basura del iPad, porque hoy toca limpieza general antes de entregar las llaves. Se acabo eso de pagar por 20 metros cuadrados que ya no nos servían para nada. Fuera no llueve, pero las noticias en Australia han llegado a todo el mundo debido a las lluvias torrenciales que están desolando Queensland. La última frase parece una crónica de sucesos que nunca se debería escribir. Siempre que un desastre pasa en un lugar dónde conoces a alguien te acuerdas de esa persona. Me imagino que si en las noticias españolas hablan de Australia os estaréis acordando de nosotros. Fuera sigue sin llover. El iWorker sigue moviendo cajas de cartón desde el almacén hasta una furgoneta que desde aquí es invisible. La presentadora del Telediario de La1 (desde la ABC1 hay unas horas al día en que emiten noticias de otros países y justo ahora tocan las noticias de TVE), muestra imágenes de las riadas de Queensland, habla de los incendios del oeste del país. Nosotros en el sur solo tenemos palabras nuevas que empiezan por “i”.
Los diarios aquí te pueden contar dos historias en la misma página que te hacen reír y llorar en menos de un minuto:
“Un cajero automático arrastrado por el agua entra en una casa de beneficencia y deja miles de dólares dentro”.
“Un chico de 13 años dijo “salvar primero a mi hermano pequeño” antes de morir”.
Imagenes de las inundaciones en una carretera de Brisbane
Ya tengo el iPad limpio como una patena. Nunca hasta hoy me pregunté qué demonios era una Patena. Cojo mi iPhone y busco “patena” en el diccionario: platillo en el que se pone la hostia durante la celebración eucarística. Una palabra más para el lóbulo temporal de mi cerebro que se dedica a guardar las nuevas adquisiciones semánticas.
Contento por saber una palabra más, salgo entonces a buscar a Lorena a la estación de trenes. Viene para firmar los papeles de la devolución de las llaves. Mi cometido en éste día ya ha terminado, espero.
La primera asiática que vimos al llegar a Adelaide fue la recepcionista de los apartamentos. Lorena firma los papeles mientras la recepcionista sube a comprobar que todo esté realmente como una patena.
“Está muy limpio todo en un 99%”, nos dice sonriendo. “Si queréis me acompañáis y os enseño el 1% restante”.
En el interior de mi cabeza no deja de sonar la misma palabra: Patena, patena… El ascensor se para en el Second Floor.
El 1% de suciedad es la suma de una minúscula mancha en la pared y unas gotas de grasa en el techo de la cocina. “Si, todo está como una iPatena”, me dice el guionista de mi vida. A veces se cree que tiene gracia. Después de la inspección, quedamos con la recepcionista que pasaré un día de éstos a limpiar el 1% restante.
Fuera sigue sin llover pero la amenaza de tormenta es cada vez mayor. Escribiendo esto me viene a la memoria una de las mejores formas de terminar un libro que jamás he leído. Samuel Beckett escribió al final de su libro “Molloy”:
“Entonces entré en casa, y escribí: ‘Es medianoche. La lluvia azota en los cristales’. No era medianoche. No llovía”.
Son las 12:15 de un día no lluvioso en Australia. En España no es medianoche y el frío entra por las ventanas de cualquier habitación.
No hay color, me quedo con el final de Beckett.
solo queria escribir para ver si hoy en australia ya es 21 de enero.....
ResponderEliminarveo que aun no......
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=TakY4iOCWWU
ResponderEliminarsiguiendo con los productos i....
En las noticias nos cuentan sobre las inundaciones
ResponderEliminaren esas zonas, son tremendas las imagenes,yo siempre pienso en vosotros. Solo de pensarlo, me da frio. Un abrazo mami