30/12/10 24 horas de cumpleaños de Lorena

0:01 Despierto a Lorena del sueño eterno del sofá y le deseo un feliz cumpleaños. Abre los ojos y me da las gracias con un beso que no tiene ni idea a qué demonios viene.

0:02: Lorena vuelve a cerrar los ojos y ha olvidado el primer deseo para este día de su cumpleaños: “Ahora a dormir”, le digo. Arrastrarla desde el sofá hasta la cama supone ahora un gran esfuerzo. Ya no estamos en el sofá pegajoso del apartamento, en donde un solo metro después te metías en la cama. Ahora si te quedas dormido en el sofá, tienes que caminar casi 20 metros hasta llegar a la cama.

0:20. Creo que mis ojos están a punto de cerrarse. Pluf. Cerrados.

04:12. Todavía hay gente en España que llama por teléfono a horas que no debería. No saben si nosotros vivimos en el futuro o en el pasado y llaman a horas intempestivas. El móvil español de Lorena deja de sonar, pero el susto no nos lo quita nadie. Intento cerrar los ojos. Creo que lo voy a conseguir.

04:18. Lo estoy haciendo muy bien. Lo consigo. Cierro los ojos. Me duermo.

04:19. Mi móvil español recibe un mensaje. Eso supone que suena la canción entera de Vetusta Morla “Copenhague”. Antes era una de mis canciones favoritas. Ahora empiezo a odiarla. Tengo que levantarme hasta el comedor, que es donde he dejado el móvil para cargar la batería, no sé por qué motivo, pero he elegido hoy para hacerlo y me he dejado el móvil encendido. 20 pasos más y mis ojos cerrados encuentran el móvil. Acaba el estribillo final de la canción: “aeropuertos, unos vienen, otros se van…”. La canción termina. Leo el mensaje.

“La Caixa. Contrate el plan pensiones PlanCaixa 5 Flash desde Línea Abierta y podrá conseguir una cámara Olympus réflex, hasta el 31-12-2010”.

Me cago en señoras que no deben tener culpa de nada de lo que me está pasando ahora. Pero a qué demonios viene ahora un mensaje de La Caixa. Me meto en la cama y mis  ojos se han abierto demasiado. Se han despegado completamente. Mal. Tengo que contar ovejas para dormir.

0:54. 381, 382, 383…

Sigo acordándome de señoras que no tengo el gusto de  conocer. Me he desvelado completamente. Las ovejas se burlan de mí. Saltan vallas y se escapan del grupo de ovejas preparadas para saltar y ser contadas por mí. Unas se lanzan por el acantilado, otras levantan la pezuña y me sonríen con malicia. No les hago caso y cuento arañas que he matado desde que estamos en Australia. A la décimosegunda mis ojos dicen basta.

9:00 Suena el despertador. La paella nos espera. La sangría tiene que estar en la nevera el máximo tiempo posible para que su sabor sea mejor.

“Cinco minutos más y nos levantamos”…

10:25. “La Puta de oros…”, nos hemos dormido. Nos levantamos sin mirarnos al espejo. Yo peino a Lorena poniéndole una diadema azul en el pelo. Ella me peina a mi con la mirada. “El cuerno ese te queda la mar de bien”, me dice con una sonrisa.

11:00. No hay tiempo para los regalos, pero hay una caja encima de la cocina que es para Lorena. La abre. Sonrisa en cada papel desenvuelto. Foto y a cocinar.

12:45. El arroz tiene el tamaño exacto que necesita una paella española en Australia. El aceite es Carbonell  y las naranjas para la sangría son de Valencia pero están recogidas en Australia. Una de cal y otra de arena. 

13:00 Los primeros invitados llegan puntuales. Fabio y Claudio llegan muertos de calor, pero sonriendo y repartiendo besos y regalos a Lorena. Estos chicos italianos son geniales.

14:00 Jonhatan y Mía se pierden cincuenta metros antes de llegar a casa. Son los últimos invitados para la comida española en el cumpleaños de Lorena.

Traen un sombrero negro muy bonito para mí, pensándose que soy yo el que cumple años. El inglés y los emails de invitación a veces tienen estas cosas.

17:00. 38ºC a la sombra. Primer intento de ir a tomar el fresco al parque al lado de casa. Fracaso total.

17:03. Vuelta a casa. Nuestros amigos argentinos, Maxi y Mariana llegan justo en el momento exacto para cantarle el cumpleaños feliz a Lorena. Ya estamos todos.

21:30. Después del segundo intento de salir por el parque, de estirarnos en el césped y pasar un buen rato, volvemos a casa para terminar la paella, la sangría y el pastel de la abuela.

22:00. Todos se marchan a sus casas y nosotros nos quedamos solos, contentos de que éste cumpleaños para Lorena lejos de casa haya sido tan especial.

23:59. Las llamadas por el Skype se alargan hasta más allá de las 3:15 de la madrugada, ha sido un cumpleaños diferente para Lorena. Allí son las 17:45 y todavía quedan unos minutos antes de que naciese hace 29 años. Feliz Cumpleaños Lorena.