Fin de la Primera Parte de las aventuras de Lorena y Sam en Australia. Si quieres saber cómo nos va:

Y ahora, ¿Cómo es el invierno en Australia?

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sábado, 1 de enero de 2011

24/12/10 La Nochebuena del futuro cuando ya ha pasado

El cartero siempre llama tres veces. Quizás han sido cuatro o cinco golpes secos. La verdad es que nos hemos despertado con la almohada enredada en la cabeza sin tiempo de reacción.
“Neno, vete a ver quién es”, me suelta Lorena mientras me da un par de codazos en la espalda.
Mis ojos no son lo único que tengo cerrado. Tengo cerrado el oído derecho, la boca pastosa de la mañana y las dos neuronas que conectan mis piernas con el resto del cuerpo. Mi oído izquierdo escucha la voz lejana del tipo que sigue golpeando la puerta de casa. Consigo levantarme como un autómata. Las piernas llegan hasta la puerta de entrada y giro el picaporte sin pensar que detrás pueda estar Santa Claus, un ladrón de orquídeas o el cartero de Post Australia que siempre llama tres veces a las puertas de las casas ajenas.
El cartero ya está saludando al vecino de enfrente mientras Santa Claus se prueba la barba postiza delante del espejo de su casa. No hay rastro de ladrones de orquídeas. En la puerta de casa hay un paquete a nombre de Lorena. Lo cojo y entro en casa con el pijama puesto del revés. Lorena ya se ha levantado y ha puesto café a calentar. Abrimos el paquete que nos ha regalado Whirlpool. Más de seis meses de detergente gratuito por haber elegido una lavadora de su marca. Y todavía nos queda que el Gobierno de South Australia nos devuelva 200 dólares por el simple hecho de que nuestra lavadora sea de carga frontal.
 
Para celebrar nuestro primer regalo navideño en Australia, no hay nada mejor que poner una lavadora con toda la ropa sucia de estos primeros días en casa. Toallas, alfombras, ropa interior, camisetas, vamos, lo que viene siendo una lavadora la mar de corriente.
El café sabe a avellanas y el aroma que han dejado las cajas de detergentes,  nos deja la casa preparada para pasarnos la tarde cocinando.
El susto del cartero se ha esfumado. La ropa sale limpia de nuestra lavadora y el sol es tan fuerte a las 12 del mediodía que la única opción para tapar mi calva y poder colgar la ropa en su lugar, es colocándome unos calzoncillos marrones recién lavados encima de mi cabeza. 

Después de evitar la deshidratación en el jardín de casa con mi gorro improvisado, compruebo el correo electrónico. Recibo uno de Mathias y Marisabel desde Chile felicitándonos la Navidad. Nuestros amigos pasarán estas fiestas en la otra punta del mundo. Cuando recibo su correo, en Adelaide son las 12:30 del día 24, mientras que ellos todavía están viviendo en las 23:00 del día 23. Estamos en la otra punta del mundo y podríamos tomarnos unas cervezas delante del ordenador mirándonos a la cara gracias a estas maravillas tecnológicas que nos envuelven. Vivimos en el futuro dentro de esta relatividad del tiempo que es el mundo. Hoy no importa qué hora es aquí en Australia, en España, en Alemania, en Francia, en Dinamarca, en Estados Unidos o en cualquier lugar desde donde haya alguien al que desear Felices Fiestas.


2 comentarios:

  1. ¡¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO CHICOS!!!!
    Y que os siga dando tanta felicidad o más que el anterior!!
    Muchos besos.

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  2. decidme que no es un espantapajaros

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