Fin de la Primera Parte de las aventuras de Lorena y Sam en Australia. Si quieres saber cómo nos va:

Y ahora, ¿Cómo es el invierno en Australia?

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viernes, 25 de marzo de 2011

18/03/11 El Cinco

El número que elija al inicio de la clase, va a decidir mi futuro en la próxima hora y media. “Elegir un número entre el 1 y el 5”, dice la profesora. Reparte un trozo de papel a cada alumno y cada uno escoge el suyo. Mi futuro hoy está marcado por el número 5.
Tengo que contar 5 motivos por los que me gusta ir de fiesta. Eso, o salir a la pizarra y escribir cinco frases que signifiquen algo importante para mí. En el mismo instante en que salgo a la pizarra, mi cabeza se convierte en el letrista de un grupo Indie español. Según Lorena, las letras de las canciones de estos grupos consisten en juntar frases sin sentido, para que los que nos creemos modernillos y nos gusta la música Indie, digamos que es lo mejor que se ha escrito nunca.
(Inciso para Brother: si lo piensas bien, quizás Lorena tenga un poco de razón).
Frases que escribo en la pizarra simulando que soy el letrista de un nuevo grupo Indie:
“La sardina se ilumina en el azul del sol” (Plan poético)
“No te muerdas las uñas si comes los espaguetis crudos” (Plan práctico)
“El ciclista negro nunca terminó la etapa prólogo del Tour de Francia” (Plan Surrealista)
Cuando iba a escribir la cuarta frase, la profesora me dice que ya puedo sentarme. Cambio de juego.


En la clase de inglés de hoy somos 5 españoles. Técnicamente somos 4, pero mi número es el 5 y me ciño al guión. La quinta integrante del club español es una italiana que se llama Manuela. Con ese nombre puede pasar tranquilamente por española. Las otras 3 chicas son: Ana (León), Cristina (Madrid) y Laura (Barcelona). Es un motivo de orgullo y satisfacción estar rodeado de tan buena representación española. El resto de la clase se podía repartir de la siguiente manera: 5 chinos, 5 coreanos, 5 indios y 2 vietnamitas. Me acerco a los dos vietnamitas y les digo que les están llamando por el megáfono de la biblioteca. Me miran con cara de “qué me estás contando si yo no escucho nada” y no se mueven de su silla. Que haya un grupo de estudiantes que no llegue a mi número, me desconcierta. Les dejo que sigan jugando, pero voy a hacer todo lo posible para que se marchen. Soy un letrista de canciones Indie supersticioso.

El siguiente juego es “The Whisper” (Susurros). Se trata de hacer una fila de diez personas; el primero se inventa una frase, que tiene que susurrar al oído del siguiente, y éste susurrar lo que ha entendido al siguiente, así hasta que llegue al último de la fila (y cante “Insurrección”, no, perdón por la broma estúpida), y el último diga la frase que ha entendido, y ver si se acerca a la frase que pensó la primera persona. Los españoles nos aliamos con los 5 chinos de forma intercalada. Es decir, español, chino, español, chino, español… vamos, uno si, uno no. El otro equipo está formado por los 5 coreanos y los 5 indios. Como yo bien decía, los vietnamitas sobraban. La profesora les pide a los dos que vayan a buscarle un café: “bien cargado, con poca azúcar, muy caliente, y un par de gotitas de leche hirviendo, con espumita…ah, y una galletita danesa de mantequilla, con azúcar glasé por encima”. Me mira de reojo y me guiña el ojo. Yo le asiento con la cabeza. “Así se hace”. Hoy me siento malvado.


Yo soy el primero y me tengo que inventar la frase. Como letrista de canciones Indie, tomo la frase de una canción de uno de los mejores grupos del panorama Indie español, Manos de Topo:
“Resbalar por la bañera, prometiste dejarlo para el final”. Se lo susurro en la oreja del chino simpático que tengo a mi lado y me la hacer repetir…cinco veces. El chino alucina pero al final se acerca al oído del siguiente componente de nuestra fila y le dice lo que ha entendido. Las caras van tomando formas de sorpresa que un profesor de expresión facial catalogaría como perfectas. Cada susurro en la oreja de la siguiente persona es una suma de: levantamiento de cejas, estiramiento de la boca hacia abajo (poniendo cara de “cómo, perdona”) y un subir los hombros hasta las orejas como si estuvieran haciendo ejercicios de trapecio en el gimnasio.
La última persona de nuestro equipo tiene la frase que le ha llegado y la suelta sin titubear: “Compraste una pecera y saliste tarde de trabajar”. Evidentemente hemos perdido.
El otro equipo ha jugado con ventaja. La frase que se inventó el primero de la fila era tan sencilla como esto: “Me gusta ir a la playa”. Con una frase así no se puede jugar. El último de su fila ha repetido exactamente la misma frase y nuestro equipo ha perdido el I Campeonato Intercontinental de Susurros.

Regreso a mi silla abatido y me acuerdo de Espinete. En Barrio Sésamo había una canción de los números que me encantaba. La canción del Pinball. Me imagino a Espinete lanzando una de esas bolas y cómo sale el número 5.”Un, dos tres, cuatro, cinco…” y así hasta el 12.
“Cinco”. Espinete también esta abatido. Ha dejado de ser pareja de la Bruja Avería y me cuenta en la intimidad que sus últimos cinco amantes no le han ido demasiado bien. “Con Epi y Blas lo intente una vez, pero estaban demasiado preocupados el uno por el otro y nunca me hacían caso. Gustavo es un adicto al trabajo, siempre con el micrófono a cuesta. Y de Triqui y Coco, qué te voy a explicar. Mezclar azul y rosa nunca estuvo de moda”, me dice con mucha pena.
“Y nunca pensaste liarte con Don Pimpón, creo que haríais muy buena pareja”, le digo para animarle. Cuando me va a contestar, una voz estridente se mete en mi cabeza.

“Bueno chicos, otro juego, que ya es muy tarde”, grita la profesora, que me desvela de mis consejos a Espinete. Miro mi reloj. Son las 5 en punto. Tengo que salir de clase para ir a buscar a Lorena al trabajo. Hoy tenemos entreno de bicicleta y correr. Se me ocurre inventarme un posible triatlón para terminar el día del cinco a lo grande.
“Y si le digo a Lorena que hoy hagamos 5 kilómetros en bicicleta, 5 kilómetros corriendo y terminamos con 5 kilómetros nadando en el lago, en plan relax”, mientras lo voy pensando me levanto de la silla y me despido de la clase de inglés de hoy.
“Muchas gracias, pero es que tengo que irme”, me despido de la animada clase de hoy hasta el próximo día.


Hoy los relojes de todo el mundo se han sincronizado a la misma hora: Barcelona, Vigo, Buenos Aires, México, Beijing, Kandahar y Mawson Lakes marcan las cinco en punto de la tarde. Lo de los cinco kilómetros nadando en el lago lleno de pelícanos, patos salvajes y cuervos, dice Lorena que si un caso lo vaya haciendo yo, que ella ya viene más tarde. Las cinco de la tarde y los toros sin salir al ruedo.

4 comentarios:

  1. Clarisimo ejemplo de letra sin sentido de grupo aun mas super indie http://www.youtube.com/watch?v=QeRy3nH6pwE&feature=related

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  2. El equipo de los amarillos son unos tramposos tu frase molaba mucho mas,donde va a parar....

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  3. A HUEVO http://www.youtube.com/watch?v=ZPltJpddOsc&feature=related
    COMO MOLAN LOS TUTUTURUTUTURU!!!!

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  4. HOLA SAM creo que iciste bien en cojer el numero 5
    porque ese numero casi siempre trae buena suerte porque tu equipo aunque no gano pero lo importante es participar de todas maneras tranquilos que sereis SEGUNDOS y respecto a LORENA
    creo que hizo bien en dejarte ati primero que fueses nadando en el lago de los cisnes
    COMO SIEMPRE NOS ACORDAMOS MUCHO DE BOSOTROS
    ABRAZOS PARA LOS DOS CHAOOOOOOO

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