La cantidad de cafeína que me mantiene despierto esta noche cabe en media taza de café. Lorena se ha puesto seria con la tesis y hemos decidido pasar la noche escribiendo uno frente al otro. Ella se toma dos tazas de café Lavazza bien prensado y sus ojos se quedan abiertos casi dos horas más que los míos. Yo me caigo sobre el teclado a las 4:45 de la madrugada, sus dedos sigue golpeando teclas a un buen ritmo hasta pasadas las 6:15. Una vez que el ritmo del teclado se mete en su cuerpo, no habrá quien la pare.
Lorena le ha pedido a su jefe un día a la semana para poder escribir la tesis. Es la única manera de poder sentarse tres días seguidos frente a su ordenador y pillar el ritmo adecuado para terminar de escribir la tesis.
“Pongo el despertador a las 10:00”, me parece que dice al llegar a la cama.
Mi cabeza se vació de cafeína y los ojos son incapaces de seguir solos en ese esfuerzo que supone mantenerlos abiertos. “Si por lo menos tuviéramos esas moléculas fuertes de cafeína a nuestro lado”, se queja el ojo derecho. A veces siento como mi ojo derecho pierde batallas contra el sueño y se cierra inevitablemente. La molécula de cafeína que está reclamando tiene la fórmula química exacta para lanzar cuerdas a los ojos y dejarlos abiertos. Mi ojo izquierdo siempre fue más trasnochador. Aunque por la mañana siempre sea el último en levantarse.
El ángulo de visión después de haber dormido 5 horas deja mucho que desear. Ahora sé cómo se sienten los asiáticos durante todo el día. Me lavo la cara y chequeo las noticias en el iPhone. “En una hora y media empiezan la entrega de los premios Oscar”, leo en El País. Se lo digo a Lorena y sé que el día libre de trabajo para ella se va a convertir en una gala de cinéfilos frente al televisor. La televisión australiana retransmite en directo (12 del mediodía aquí) la gala. Sin tener que pagar al Canal Plus por verla durante la madrugada en España.
El presentador de la gala desde Australia es la suma de Ana Rosa Quintana y Sylvester Stallone. Comenta los vestidos de las chicas con ganas de levantarse de su silla para imitar el paso de las estrellas por la alfombra roja (Red Carpet aquí).
“Nos sentamos un poquito a ver la Gala y nos ponemos a escribir”, me dice Lorena después del desayuno.
El ratito se convierte en dos horas plantados delante de la tele apostando por quién se va a llevar el siguiente premio.
Ver abrir tantos sobres me hace pensar en que yo también estoy esperando uno importante. “Los resultados del examen de inglés tardaban 2 semanas en llegar al buzón de casa”, pienso. A pesar de que aquí hay 9 horas y media de diferencia con España, los días siguen teniendo 24 horas, las semanas 7 días y las dos semanas desde que hice el examen ya han pasado.
“Voy a ver si he recibido la carta con los resultados del IELTS”, le digo a Lorena en una pausa de los premios.
En el buzón de casa hay un sobre grande que sobresale la mitad. “Ahí está mi resultado”. Respiro hondo y saco el sobre del buzón. Entro en casa mirándolo y le digo a Lorena que ya tengo los resultados.
Javier Bardem está muy feo. El hijo de Penélope parece que no va a pasar hambre según el primer plano que le acaban de hacer a la pareja española. Lorena me dice que abra de una vez el sobre. Estoy en pelotas y no puedo salir en las fotografías de ésta manera.
“Espera, voy a ponerme una camiseta”, le digo.
En la gala de los Oscar es el momento de dar el premio a la mejor canción. Halle Berry presenta a Celine Dion, que va a cantar la canción de “Titanic”.
“No puedo abrir el sobre para saber el resultado del examen, mientras Celine Dion está cantando”, le digo a Lorena nervioso.
“Neno, va, qué más da”, me dice ella con la cámara de fotos preparada para inmortalizar el momento.
“Imagínate que suspendo. Si ya odio a Celine Dion, cada vez que la escuche me acordaré de mi suspenso en inglés”, el corazón empieza a bombear rápido.
“Pero qué más da. Va que yo quiero saberlo ya”, Lorena está impaciente.
“Y si pongo la canción de Elton John que me gusta”, no quiero que la segunda peor cantante del mundo después de Amaia Montero esté presente en el momento de abrir el sobre.
“Jopetas neno, por favor. Apaga la tele si quieres, pero abre el puto sobre de una vez”, la paciencia de Lorena se está agotando.
Celine Dion termina de cantar, pero ahora salen los muertos de éste año en la industria del cine.
“Menudo momento también para ver el resultado”, pienso mientras respiro hondo.
“Está bien. Allá voy”, le digo a Lorena.
Abro el sobre como si estuviera entregando el premio a la mejor película del año. Veo mi cara en la hoja de los resultados. “Soy yo”, me digo. Empiezo a buscar números que me digan cuál es mi nivel. Necesito un total de 4.5 sobre 9 para aprobar. Todos los números que veo son 5.0, 5.5 en dos ocasiones y hasta un 6.5.
Puntuación Total: 5.5.
“Siiiii”, le digo a Lorena. “Estoy aprobado”.
Nos abrazamos, nos besamos, saltamos de alegría. He pasado el IELTS test con un 5.5. Estamos felices. Fotos, risas, Celine Dion ha dejado de cantar y Halle Berry sale en la pantalla en primer plano. Todo controlado.
Después de la alegría, Lorena se sienta a mi lado en el sofá y me explica por qué era tan importante que yo pasase este examen.
“Con ese 5.5 nos hemos ahorrado el tener que pagar otro examen, el curso de preparación, un curso de inglés que te obliga el gobierno australiano por no tener el nivel suficiente, tener que ir a Melbourne a renovar mi pasaporte y el carnet de conducir, que las naranjas estén empezando a estar malas y caras, que la uña encarnada de tu pie derecho empeore, que Gadafi…”,
“Bueno, ya… que se supone que yo soy el que escribe chistes malos”, le corto a Lorena antes de que se ponga seria y me diga.
“Las arcas del club “Real Corcobado Diéguez Fútbol Club Deportivo”, se han ahorrado más de 5000 dólares con tu aprobado”, me dice con los ojos sonrientes.
“Qué bien. Estoy tan contento de pertenecer a éste club, siempre fue la ilusión de mi vida vestir la camiseta blanca de éste club…”
“No, neno, la camiseta de nuestro club es azulgrana, que lo sepas”. Y yo, que sigo feliz con el aprobado y sobre todo con el ahorro de dinero que supone, tengo ganas de bailar con Lorena una canción de amor.
“Ahora es el momento de escuchar a Elton”, le digo, mientras en la tele, el premio al mejor actor del año se va al protagonista de “The King´s speech”.
La gala de los Oscar termina a las 15:30 en Australia con la sensación de que soy el ganador del premio al mejor actor de reparto (de catálogos) y que mi futuro con la lengua inglesa no ha hecho más que empezar. Los pobres cinéfilos españoles que se hayan quedado viendo la gala en directo tienen que irse a dormir a las 6 de la mañana, o irse a trabajar sin haber dormido nada, como hacía yo cuando estaba allí.
ENHORABUENA BRO TE LO MERECES
ResponderEliminarpor cierto que buena pinta tiene ese "Real Corcobado Dieguez Futbol Club Deportivo"....pero solo es de futbol o mas secciones???
ResponderEliminarFelicidades campeón,me alegra mucho tu aprobado,
ResponderEliminartambíen es importante que Lorena se ponga en serio con la tesis. Un abrazo mami
la camiseta está simpatica mami
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