Fin de la Primera Parte de las aventuras de Lorena y Sam en Australia. Si quieres saber cómo nos va:

Y ahora, ¿Cómo es el invierno en Australia?

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sábado, 22 de enero de 2011

16/01/11 Piolín y Lance Armstrong siempre visten de amarillo

Vestirse de amarillo chillón sólo puede traerte buenas experiencias si eres Lance Armstrong el último día del Tour de Francia. Si eres Piolín y el gato nunca te ha atrapado, estás a salvo, pero tu vida pende siempre de un hilo. Hoy nosotros no éramos ni Lance Armstrong ni Piolín, pero el disfraz que llevábamos estaba relacionado con los dos de alguna manera. Hoy empezaba el Tour Down Under de South Australia. Es la primera vuelta ciclista importante del año a nivel mundial y ha empezado en Adelaide. La primera etapa ha transcurrido en un circuito cerrado de 1.7 kilómetros en la parte Este de la ciudad. Los ciclistas tenían que dar 30 vueltas al circuito y la ciudad se ha llenado de toda la parafernalia publicitaria, familiar y deportiva que estos eventos aportan.

Como somos gente concienciada y queremos que el cáncer deje de ser la enfermedad del miedo, nos hemos hecho voluntarios por un día. Hemos repartido crema solar gratis al público que ha venido a ver la carrera. La gracia del gesto de repartir crema solar Factor 30 +, era que la gente nos dejase unas monedas dentro de  nuestro cubo de plástico. Todo el dinero recaudado era para el Council Cáncer de South Australia, pero las cosas no han ido como esperábamos. Os cuento.

Domingo de verano en Mawson Lakes, 14:45pm. 35ºC a la sombra.
Acabamos de comer y el sofá nos guiña los ojos, sin vergüenza. Esta desatado y quiere juerga. “Venid los dos aquí que hoy estoy más cómodo que ningún día”, nos suelta sin titubear. Miro a Lorena a los ojos y elevo mis cejas con cara de Piolín degollado. “Y si nos quedamos”, le digo a Lorena, sabiendo que no podemos hacerlo.
“El deber es el deber, mañana ya descansaremos”, me suelta Lorena con toda la razón del mundo.
“Era broma”, miento vilmente. Cojo la camiseta amarilla, la gorra de pescador y mis gafas de ciclista. Ya estoy listo para ser el voluntario del año.
El coche ha dejado de ser un horno desde que compramos un parasol. Ahora es un microondas a media potencia. Arde pero sin sentir que tu piel se cae a tiras.
“El próximo parasol tiene que costar un mínimo de 5 dólares; si vale menos no lo compramos”, le digo a Lorena mientras pongo el aire acondicionado a la máxima potencia.

15:30 pm. Adelaide. 37ºC Everywhere.
El disfraz de Lance Armstrong le queda mejor a Lorena. Yo sigo siendo Piolín con cara de “menudo calor nos espera hasta las 8 de la tarde”, y el sofá de casa está más solo que la una. Nos acercamos al stand del Council Cáncer y nos acreditamos como voluntarios. Firmamos en la hoja de registro para que nos den el cubo de plástico, la crema solar factor 30+ y el timbre de bicicleta que tenemos que ir haciendo sonar cuando vayamos paseando por la ciudad. 

Los primeros cinco minutos de voluntariado siempre son duros. No sabemos qué dirección tomar. Otros voluntarios van paseando por la ciudad con el mismo propósito que nosotros. “Tenemos que hacernos con una zona y explotarla”, le digo a Lorena.
La zona sin explotar más cercana está en la otra punta del parque. Por allí no ha pasado ningún voluntario y si el sol sigue pegando tan fuerte, vamos a llenar el bote pronto. La gente agradece el gesto. Algunos se acercan y te piden crema. Le das la crema que quieren, se la ponen; al niño, a la suegra, a la vecina del tercero,  y no sueltan una sola moneda. “No importa si la gente no os deja ninguna moneda, lo importante es que sepan que pueden contar con vosotros”, nos dijo el coordinador del Council Cáncer el día que fuimos a buscar las camisetas y las gorras. No nos importa, pero estaría bien que dejasen algo. Hay gente que le habrá preguntado 20 veces lo mismo. “¿Quieren un poco de crema solar gratis?”, y si se han puesto cada vez que ha pasado un voluntario, ahora mismo su cara debería estar completamente embadurnada de crema solar.
La masificación del voluntariado a veces acaba pesando en contra de nuestros intereses.


Pasan las horas…
El sol no ha dejado de castigar nuestra cabeza. El gorro de pescador no filtra los rayos UV como debería y en la cabeza de Lorena se empieza a notar los primeros síntomas de una incipiente migraña. Piolín (yo), tiene la cara roja como un tomate. Cosa no muy extraña, que me sucede muy a menudo y que todos los que me conocéis habréis comprobado alguna vez. Mi rojez necesita crema solar factor 100++ y solo tenemos 30+. El bote de plástico está medio vacio (siendo la persona más optimista del universo). Hemos recaudado 18.50 dólares en más de tres horas de paseos por la ciudad. El bote de crema solar ha bajado casi a la mitad y estamos reventados. Los ciclistas ya han empezado a dar las vueltas por el circuito. Hay dos equipos españoles al que hemos animado sin éxito. El Movistar y el Euskatel.
Nuestra labor de voluntariado termina con la cabeza de Lorena a punto de explotar y con mi cara tan roja que necesitaría una ducha de agua fría para quitarme tanto calor metido en mi cuerpo.

Lance Armstrong sigue vestido de amarillo aunque ya no sea el ganador del Tour. Le han pagado 2 millones de dólares por correr esta semana en South Australia y Piolín sigue escapándose por los pelos del gato Silvestre. A nosotros el color amarillo nos ha sentado tan mal como a los actores en día de estreno.

Son las 23:20 de la noche y la luz de la luna nos molesta en la cara.”Qué mala es la luna cuando se filtra por las rendijas de las cortinas de tu habitación si tienes ganas de dormir y te duele la cabeza”. Qué larga me quedo esta frase. Es hora de la siesta española, sin luna y sin camisetas amarillas.

3 comentarios:

  1. Estáis muy monos.Yo con mucho calor hincho y me siento pesada, prefiero el frío.

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  2. Pobre Lorena, la intención fue muy buena por colaborar en la causa.
    Seguro que duermes poco y si le sumamos el calor, la cabeza se queja.un beso mami

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  3. Qué mala es la luna cuando se filtra por las rendijas de las cortinas de tu habitación si tienes ganas de dormir y te duele la cabeza”...es de una cancion o es de cosecha propia??

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