Hay días extraños en los que te levantas a las 7 de la mañana para tomarte un café en una taza negra, mientras ves a tu familia cenando en la otra parte del mundo. Saboreas la copa de vino de tus hermanos a la vez que acercas tus labios a la taza de café. Tus papilas gustativas se deshacen como si fueran finas lonchas de jamón y notas la suave espuma de tu café con un ligero toque a las centollas que saborean tus cuñadas gallegas.
Toda la mezcla imposible de sabores cabe en tu boca a esas horas, en un día como éste. Compartimos los minutos a partes iguales para disfrutar de cada cena. Dos abuelas que se acercan a la pantalla del ordenador y cantan canciones de su niñez. Se miran y no se reconocen. Un desayuno y dos cenas a miles de kilómetros de distancia a solo un palmo de distancia. Dos pantallas de ordenador enfrentadas en paz en una noche, día, mañana, desayuno, cena, que tardaremos en olvidar.
Y como nosotros vivimos en el futuro, dejamos a la familia que duerma la Nochebuena y nos marchamos a comernos la Navidad. Hoy toca socializarse con el mundo en una comida navideña en casa de nuestros amigos italianos: Fabio, Claudio y Caterina.
Llegamos demasiado puntuales al número 48 de Moseley Street en Glenelg. Una ciudad turística pegada al mar en donde comeremos una porción del mundo en forma de comida preparada por cada uno de los invitados en esta comida internacional de Navidad.
La Italia de los anfitriones se presenta con Lasaña y Tiramisú de postre. Bien.
Taiwán trae pasteles rellenos de carne y verduras que ha preparado Mía, pero no tienen demasiado éxito.
El filipino Raimon deja una sopa de arroz sin arroz, que parecen lentejas sin lentejas aliñadas con aceite de olivas rellenas de pimientos. Es la comida Incógnita que pasa desapercibida para todos.
La profesora australiana ha dejado su famosa crema Vegemite para untar con pan, pero nadie ha sabido encontrarla entre el resto de comidas.
Los argentinos Maxi y Mariana nos brindan empanadas de carne y un Pionono (o brazo de gitano) relleno de dulce de leche. Muy rico. Aceptable con vocación de mejorar.
Alesio es un maestro heladero de Italia que nos deja KO con su helado de vainilla y galletas para terminar la comida de Navidad.
Como era de esperar la representante española ha vuelto a ganar por goleada al resto de nacionalidades. Las tortillas de patatas y la empanada de atún han sido lo más aclamado por todos. El árbitro ha enseñado una tarjeta roja al representante francés por imitar a Zidane y dar un cabezazo a uno de los italianos y Lorena se ha llevado la pelota firmada por el resto de comensales por haber marcado un Hat-Trick gastronómico.
Deshinchar el balón que se ha formado en nuestros estómagos con tanta comida internacional se presenta complicado. La decisión de jugar en la playa a voleibol es la opción más votada tras el breve conato de Karaoke navideño. Bob Marley no ha fumado lo suficiente y su reggae suena lento. La música de los Beatles siempre te deja esa sensación de haber escuchado la misma canción demasiadas veces y Frank Sinatra suena raro con acento australiano.
Cierro los ojos y mis pies ya notan la arena fina de la playa. No es la harina de la playa de las Islas Cíes, pero el disfraz que se ha puesto este día de Navidad no le queda nada mal. La pelota de voleibol se pasa más de media hora pasando de vez en cuando por encima de la red. Muchas veces se pasa de largo, otras veces no llega y llora en la red. Incluso hemos conseguido dar tres toques seguidos y que el otro equipo nos devuelva la pelota sin tocar el suelo. Sudor sin lágrimas y por fin el baño en la playa. Que el primer baño en una playa australiana sea el día de Navidad quedará marcado para siempre en nuestra memoria. Vuelve el sabor del café de ésta mañana mientras cenaban nuestras familias en España. Ahora todos dormír mientras nosotros nadamos en esta playa de Glenelg el día de Navidad. Mi primera Navidad en la playa sabe a café, tortilla de patatas y empanada gallega.
Son las 23:55 de nuestra primera Navidad en Australia. Si mis dedos no cuentan mal ahora es hora de volver a comer en España porque ya son las 14:25. Y mañana otra vez a volver a comer más de la cuenta. Feliz Navidad (con un poco de retraso).
Sam tienes un don especial, escribes fenomenal. Cuentas las cosas de un modo, que me gusta. Lo de las abuelas fué muy divertido y apesar de la distancia disfruté de veros. ¿Llegaron las tarjetas? mami
ResponderEliminarque guay es el mantel!!!es muy chulo
ResponderEliminarSam: mandame las fotos! Asi que nuestra comida puede mejorar... ya nos vamos a ver...
ResponderEliminarAbrazo
Maxi