03/01/11 Viendo cine malo como Tutankamon

Cuando los antiguos egipcios decidieron meter a sus dioses y reyes dentro de un sarcófago, no pensaron que estar miles de años en la misma posición iba a ser muy perjudicial para su espalda. Ya sé que el dios o rey egipcio en cuestión estaba embalsamado y que no tenía conciencia de lo que iba a sufrir su espalda, pero hay un día al año que creo en la inmortalidad del ser humano y coincide que ese día es hoy.

Pongamos que Tutankamón se metió dentro de su sarcófago sin embalsamar.

“Soy el faraón de la dinastía XVIII de Egipto y no quiero que me embalsaméis. Cuando me muera me metéis dentro de mi sarcófago y ya decidiré yo la forma de viajar al más allá”, les dijo a sus súbditos unos minutos antes de morir.

Como no hay palabra más sabia que la de un faraón o un dictador antes de morir (que se lo digan al rey Juan Carlos, cuando Franco decidió que su sucesor fuese él), sus súbditos le hicieron caso y lo metieron en el sarcófago boca arriba y sin embalsamar. Media hora después de estar metido dentro del sarcófago, Tutankamón abrió los ojos y se dio cuenta de que se iba a pasar el resto de la eternidad en la misma postura.

“Me cago en la virgen del Copón, y ahora que hago el resto de mi vida mirando el techo de madera con incrustaciones de oro, plata y piedras preciosas  en esta posición. Si tuviese algo interesante que mirar. Empiezo a tener los pies dormidos”.

Pues eso que le pasó a Tutankamón durante miles de años, me pasó anoche a mí durante 140 minutos.

Fuimos al cine al aire libre a ver la película más mala de la historia del cine. Sin exagerar. Prefiero no recordar que se llamaba “Eat Pray Love”, y que estaba protagonizada por una vieja Julia Roberts y un feo y gordo Javier Bardem. Mala, pero mala del copón de mala. O peor.

Resulta que Julia Roberts está cansada de su vida y decide viajar por el mundo…Bah, no voy a ser tan cabrón de contarla, por si hay alguien a quien le apetece desperdiciar 140 minutos de su vida. Yo antes me embalsamo y me meto en un sarcófago.

Fuimos con Marta, una chica polaca que trabaja con Lorena, y con una pareja de ingleses: Neil, un post doc que también trabaja en el instituto donde trabaja Lorena y con su mujer, Marina.

El plan no está en teoría del todo mal. Tú llevas tu comida, tus mantas, tus cervecitas y te plantas en medio del césped delante de la pantalla. Comes, bebes, te colocas frente a la pantalla cuando el sol ha dejado de iluminar el cielo y te tapas como si fueras una momia. El frío aparece tres segundos después de desaparecer el sol (aquí todo sucede  tres segundos después). La posición de momia empieza a ser incómoda media hora después de haber empezado la película. Si fuera Tutankamón estaría viendo un trozo de madera con ribetes de oro. Pero soy un pobre español con los pies dormidos, tapado hasta la nariz, viendo a Julia Roberts rezando para que Dios le diga que tiene que hacer con su vida. Mi espalda es un trozo de hielo rígido que no voy a ser capaz de mover en dos meses.

Julia Roberts come espaguetis en Italia. Tutankamón cuenta hasta 1000 en arameo. Lorena está muy guapa con sus gafas de ver cine malo. Yo dejo de notar mi culo sobre la hierba.

El tiempo pasa y la película sigue en la pantalla. Julia Roberts reza en la India. Tutankamón juega al solitario y pierde. Lorena me dice al oído que la película es truño.

Yo pestañeo cada dos minutos del frío que tengo.

130 minutos después… Julia Roberts besa a Javier Bardem en una playa de Bali. Tutankamón  golpea con fuerza la tapa de su sarcófago, intentando imitar a Uma Thurman en Kill Bill 2, pero sus nudillos no están preparados para eso, llora y desiste. Lorena no siente las piernas. Yo he dejado de creer en la inmortalidad.

Un minuto antes de terminar la película: Julia Roberts ha encontrado su camino en la vida. Tutankamón cierra los ojos y deja de respirar intentando suicidarse de una manera poco faraónica. Lorena me dice que si la película dura un minuto más, se va. Yo que siempre fui agnóstico, empiezo a rezar para que termine de una vez la maldita película.

The End.

Marina, la mujer de Neil, dice que la película le ha gustado.

Tutankamón eligió un mal día para dejar de fumar.

Lorena se ha quitado las gafas de ver películas malas y sigue estando muy guapa.

Neil mide aproximadamente un metro setenta y cinco y le gusta el Cricket.

Marta no deja de repetirle a Lorena que termine de escribir su tesis.

Y yo miro mi reloj. Son las 0:00. En España son 9 horas y media menos. No tengo nada más que decir. Hasta mañana.

P.D. Nunca me gustó cómo trabajaba Julia Roberts. Ni siquiera en Pretty Woman.