Tengo una relación extraña con mi Facebook. Hay días que lo odio y otros no podría vivir sin él. Hay días que busco amigos de los que hace 20 años que no sé nada, con los que ni siquiera me hablaba en el colegio, pero de los que recuerdo perfectamente su nombre y apellidos. “Lo agrego como amigo mi Facebook”, me digo y le doy a enviar en el botón de petición de amistad. Luego me aceptan como amigo y sigue sin interesarme nada de su vida: me importa un bledo si tiene una relación con Pepita o si esta apuntado al grupo: “Yo también dije ¡Tráe que tú no sabes!... y yo tampoco supe”.
Otros días Facebook me parece pretencioso: “Mira mis fotos desde la cara oculta de la luna que me hice cuando fui con mi perra Laika”, y tu como un mentiroso compulsivo le das al botón: “me gusta”, para que no piense realmente que te estás muriendo de envidia porque tu amigo de Facebook haya estado en la Luna y tu sigas paseando por las mismas calles de la misma ciudad desde hace 30 años.
Pero muchas veces te hace sentir más cerca de casa. Entonces te metes en el álbum de tu hermana y ves cómo va creciendo tu sobrina Vania y se te cae la baba. La sonrisa de felicidad se mezcla a veces con una lágrima salada, porque tienes a la familia lejos, pero gracias a Facebook parece que la sientes más cercana. Me gusta: pulgar hacia arriba.
Yo también me como una galleta de la fortuna y nunca me sale de chocolate. Saboreo en la memoria mis últimas galletas de chocolate y me da por apuntarme al grupo de “Me gustan los huevos fritos con patatas”. Dos horas después no me gusta el grupo porque como los huevos fritos con patatas de mi madre no hay ningunos.
En ése momento recibo la confirmación de amistad de un taiwanés que va conmigo a las clases de inglés: Chenchen Chen. En serio, se llama así. Me paseo por su página y me encanta ver las parrafadas en mandarín que recibe y que también envía a sus amigos. Facebook sirve para acercar culturas y para el aprendizaje de nuevas lenguas. Me gusta: pulgar hacia arriba.
En ése momento recibo la confirmación de amistad de un taiwanés que va conmigo a las clases de inglés: Chenchen Chen. En serio, se llama así. Me paseo por su página y me encanta ver las parrafadas en mandarín que recibe y que también envía a sus amigos. Facebook sirve para acercar culturas y para el aprendizaje de nuevas lenguas. Me gusta: pulgar hacia arriba.
«Que no me vea, que no me vea. ¡Uy! Hola, no te había visto». Otro grupo genial al que te puedes apuntar si no tienes muchas más cosas que hacer. Facebook te hace perder el tiempo en cosas como éstas. No me gusta: pulgar hacia abajo.
“Pepito y Palote son ahora amigos”. Es genial que Facebook haga esto por la gente necesitada de amistad. Tanta gente sola por el mundo y Facebook los une. Era tan necesario que éstos dos se encontrasen.
No me viene ninguna frase inspiradora que me sirva para comentar la ultima foto del amigo de una amiga del primo de mi cuñado, que resulta ser mi amigo en Facebook y que ha escalado el Everest sin ayuda de ningún Sherpa y sin utilizar piolet, cuerdas de seguridad o monedas de chocolate. “Me gusta: pulgar hacia arriba”. Con ese gesto quedan comentadas muchas cosas.
Me encanta que mi hermana esté enganchada al Facebook para que yo pueda ver cómo crece mi Vania. Likes.
Me encanta que mi hermano no tenga página de Facebook porque eso demuestra que no se deja arrastrar por la pérdida de tiempo que supone estar todo el día viendo fotos de gente que te importan un pimiento. Likes.
Soy bipolar, bicéfalo, bilingüe, bípedo, ¿bisexual?. No sé si me gusta. Sin comentarios.
Cuelgo una foto que debería estar en mi página de Facebook, pero como hoy no me gusta la paranoica relación que tengo con Facebook, la dejo para mi blog y os la enseño aquí.
Son las 13:21 en Mawson Lakes y en mi página de Facebook tengo dos peticiones de amistad a punto de enviar, un comentario a la fotografía de un amigo japonés que voy a contestar en cirílico y tres Likes aleatorios que pondré al primer amigo que me diga que no le gustan los finales felices en las películas de Hollywood (o no mola más un final tipo “Seven” cuando Brad Pitt se encuentra la cabeza de su chica en una caja de Fedex). Huy, perdón por desvelar el final de la película si hay alguien que no la haya visto. “No me gusta tu comentario”.
Pues sii!! Soy una super enganchada al FACE!!y esque me encanta estar viendo fotos de gente ajena, y tu Bro!, cada vez que me ve viendo fotos que no son mia se pone de los nervios!!! y aparte me encanta poner fotos de la más preciosa de este mundo.. Vania!!.. y asi la veis creces.. muxos besos para los dos que os examos muxo de menos, y km no Vania también os exa de menos y os nombra a cada momento.. besoooo..
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