Tardo tres canciones de jazz en llegar a la Universidad de Adelaide desde el apartamento. Si cuento la distancia en canciones de Indie Rock, llegarían a seis canciones y el inicio guitarrero de la séptima. Escuchando canciones en castellano tardo tres canciones de Sabina, “Lucía” de Serrat dos veces y el inicio de “Un buen día” de Los Planetas. No estaría mal indicar la distancia entre dos sitios conocidos por el número de canciones que puedes escuchar en tu iPod, pero ese es de nuevo otro tema.
Lo que me lleva a la Universidad hoy es para hacer un examen de ingreso a otro de esos cursos gratuitos de inglés en Adelaide. El punto de encuentro es una plaza de nombre árabe que está en el Campus East de la University Of Adelaide. Me acerco a la plaza veinte minutos antes de la hora señalada y me encuentro con Toshi, un japonés de menos de 20 años con pinta de haber salido de un cómic Manga,. Es idéntico a Songoku (Dragon Ball) antes de su última transformación en Súper Guerrero. Tiene pinta de volver locas a todas las asiáticas de su generación y de ser un castigador nato: pelo cortado con tijeras de podar arbustos, ojos negros profundos y sonrisa de no haber fumado nunca. Me acerco a su grupo. Está con otra japonesa, una coreana, una china y una taiwanesa: lo dicho, un castigador asiático. Mientras me intento presentar al heterogéneo grupo, un tipo vestido con traje azul marengo se encarama a una de las fuentes secas de la plaza y empieza a gritar: “Free English Here!”. Lleva un cartel en la mano que certifica lo que dice. Decenas de personas de todas las razas y colores, nos acercamos hasta el tipo del traje azul y escuchamos sus indicaciones.
Tenemos que seguirle hasta el aula en donde se va a realizar el examen. Sigue llegando más gente hasta el punto de encuentro y la cola que hacemos para seguirlo empieza a ser preocupantemente larga.
El inicio del examen estaba previsto para las 13:30, pero debido al inesperado éxito de la convocatoria, empezamos con más de veinte minutos de retraso. Las posiciones de los alumnos en el aula marcan las diferentes nacionalidades que hay dentro. Japón, China, India, Pakistán, Irán, Irak, Egipto, Gambia, Etiopía, Taiwán, Rusia, Italia… y yo.
El tipo del traje azul marengo nos explica que solo hay plaza para 20 personas en estas clases de inglés gratis. Somos más de cien personas en el aula y no depende si sacas mejor o peor nota para elegirte en el curso. La gente que consiga plaza será por puro sorteo, independientemente de tu nivel. Me pregunto entonces para qué sirve el examen de hoy. Las reglas del examen son simples: no copiar, hacer buena letra, y tener una hora para hacer las tres partes del examen: comprensión de un texto, preguntas de gramática y escribirle una carta a un supuesto amigo australiano de cómo han sido nuestros primeros días en el país.
Doce canciones después, puestas en forma Random (aleatorio) en mi iPod, salgo del aula con la seguridad de que en el sorteo para entrar a estas clases de inglés gratis, el representante español estará presente.
Son las 15:30 de otra tarde calurosa en Adelaide, a las 6:00 am en España algunos todavía tenéis el repertorio entero de Bisbal para seguir durmiendo y a otros les quedan dos canciones y media de Hombres G antes de apagar el despertador.
prefiero dos canciones y media de los hombre g molan mogollon!!
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