Cierro los ojos: todo lo que veo me pertenece. Salgo a correr a menudo por el parque que hay cerca del apartamento. Esta rodeado de institutos y colegios que utilizan el parque como recreo. Puedes verlos a todos con sus uniformes idénticos, jugando a baloncesto intentando encestar pelotas en canastas sin tablero, a fútbol de forma patosa, a criquet como seguro que nadie en España sería capaz de hacer, porque todavía no acabo de entender de qué demonios va esto del criquet y por qué les gusta tanto a los australianos; hay pistas de tenis y de atletismo privadas para que puedan elegir el deporte que más les guste. Cuando yo era un niño, el patio de mi colegio era una pista de cemento con dos canastas compartidas con dos porterías de fútbol sala. Si llegabas un poco más tarde que el curso anterior, te quedabas sin poder jugar a nada en el patio de cemento y tenías que jugar en el campo de arena, al que nadie quería ir.
Sigo cerrando los ojos para comprobar que los árboles en Adelaide tienen un color diferente. Son violetas y están por todas partes. Hay calles por las que cada árbol se merece una fotografía. Cierro los ojos para no tener que gastar más memoria en la cámara de mi móvil.
No debería cerrar los ojos cuando cojo el coche, pero a veces es mejor cerrarlos un segundo si pretendes atravesar cualquiera de las carreteras que salen desde el centro de la ciudad hasta los suburbios. Cada vez que los vuelvo a abrir hay uno de estos camiones mastodónticos que se ponen a tu lado y te hacen sentir tan pequeño como cuando eras niño y los mayores del colegio se volvían a quedar con el patio de fútbol sala y tenías que volver a jugar en el campo de arena.
Vuelvo a cerrar los ojos cuando llegamos a casa. Hoy nos traen los electrodomésticos que necesitamos para empezar a vivir dentro de poco en nuestra casa de Mawson Lakes. Ya tenemos lavadora, aspiradora y nevera. No hace falta mucho más. Quizás acostumbrarnos a tener cuidado con los animales que llevan años viviendo allí y no quieren salir de su hogar. Lorena no cierra los ojos delante de la araña que tiene su casa encima de nuestro cuarto de baño. Es vital tener insecticidas a mano en cada habitación para terminar con ellos antes de que ellos acaben con nosotros. Después de la experiencia de los Bedbugs no necesitamos este tipo de animales de compañía.
Lorena ha vuelto a cerrar los ojos para soñar con la cura del cáncer. Algún día le hago un cuestionario rápido de cómo van sus avances y os lo cuento. Seguro que ella consigue algo grande para la ciencia. Seguro.
Mientras termina el lluvioso día de hoy, voy a volver a cerrar los ojos para teclear aleatoriamente la hora en la cual he escrito esto. 49:89 pm en Adelaide, 9 horas y media menos en España. Mañana todo lo que os cuente lo haré con los ojos bien abiertos. Buenas noches.
No hay comentarios:
Publicar un comentario