25/11/10 La del pirata cojo

El maestro Sabina decía en ésta canción que salía gratis soñar y que con un poco de imaginación podrías vivir otras vidas y probarte otros nombres. Yo vine a Australia a acompañar a Lorena y luego seguirla hasta el fin del mundo, pero también quería inventarme una nueva vida para mí y empezar de cero. Quiero aprender inglés, escribir cada día, viajar por todo el país, despertarme cada mañana a su lado, hacerla reír con mis historias, y saliendo del romanticismo en el que me estaba metiendo, también quiero trabajar en lo que me salga. Colarme en la piel de los hombres que nunca seré.

Si Sabina quería ser pintor en Montparnasse, sultán en un harén o fotógrafo del Playboy (que no está nada mal), yo esta semana he decidido ser Repartidor de Correo Comercial.

A veces la vida de Repartidor de Correo Comercial te da sorpresas. Ayer un señor mayor parecía que me esperaba en la puerta de su casa para poder hablar con alguien. Me dio las gracias por pasarme por allí,  y me soltó que hacía muchas semanas que ya ni siquiera recibía correo basura. Yo le dije que con la llegada de la Navidad seguro que empezaría a recibir más cartas. No sé si era sordo o no me entendió nada de lo que le dije, porque no me contestó. Igualmente nos deseamos un buen día y seguí mi camino.

Lo que te da bajón es encontrarte un cubo de la basura repleto de publicidad justo al lado de los buzones. Eso duele.

Hoy me temí lo peor cuando estaba metiendo los catálogos en los buzones de un grupo de casas. Un coche se paró delante de mí y salió un chico indio de él. Me quité los cascos del iPod esperando que me dijese que estaba hasta los cojones de recibir correo basura y que no se me ocurriese meter ningún papel en su buzón. Pero no. Me dijo que a pesar de que en su buzón pusiera “No Junk Maill”, quería que les dejase mis catálogos dentro de su buzón. La chica que estaba de copiloto en el coche me sonrió. Me imagino que hacía poco tiempo que se habían trasladado a su nueva casa, y que esa era la primera correspondencia que recibían. Era uno de esos buzones difíciles de colocar la correspondencia, pero allí les dejé su primera correspondencia en Australia.  

La vida de Repartidor de Correo Comercial también tiene su final y después de una semana intensa de trabajo, es momento de buscarse otra vida. Si hubiese empezado como confesor de la reina o pianista en un burdel,  igual hubiese durado un poco más. Igual ahora me hago limpiador de coches, me pongo una camiseta blanca, marca-pezones y agarro la manguera: a mojarse y limpiar coches,  que por esto aquí  pagan 20 dólares la hora. Trabajo cinco horas al día y al final de mes gano 2000 dólares por limpiar coches.

En agradecimiento a la inspiración recibida por el maestro Sabina durante tantos años y más canciones, son las 7:10 am en Úbeda (Jaén) y aquí ya es hora de merendar 16:40 pm. “Pero si me dan a elegir: entre todas las vidas, yo escojo la del Pirata cojo, con pata de palo, con parche en el ojo, con cara de malo…”