Nuestra casa hoy cabe dentro de una bolsa verde de menos de un metro de ancho. Nuestra cama está guardada dentro de una caja de cartón que ocupa dos palmos y medio, y los cuervos negros que viven en cualquier rincón de South Australia, nos vigilan desde los abetos, con cara de no haberse comido una lombriz decente en un par de semana.
Los millonarios que nunca bajaron de las cinco estrellas, no saben lo que se pierden durmiendo dentro de una tienda de campaña. En diez minutos dejas preparado tu dormitorio para dormir arropado por las estrellas, y tienes la posibilidad de seguir con tus dedos el arco que la constelación de Orión ha colocado en esta parte del hemisferio especial para nosotros.
Después de practicar Bodyboard, el estómago te pide que vayas a cualquier lugar donde haya comida basura y lo llenes antes de que desfallezca. La zona está controlada por McDonald, Hungry Jacks y una pizzería sin nombre. Los dos primeros no sirven para saciar el hambre de los surfistas, en la pizzería puedes pedir los 10 tipos de pizzas que tienen en su menú y dejar un par de cajas medio llenas para el desayuno.
Tom, Lorena y yo vamos a por las 10 pizzas. Yo conduzco porque soy el único que no ha bebido cervezas en la última media hora. A los australianos les encanta beber alcohol en la playa a pesar de que esté prohibido. Para reponer las botellas que ya se han terminado, no hay nada mejor que pasar por las tiendas de alcohol que hay repartidas por cualquier carretera principal de South Australia. Son tiendas en las puedes aparcar tu coche a dos metros del mostrador, entrar en un frigorífico gigante que puede estar a menos de 5 ºC y llevarte cajas y cajas de cerveza, cualquier tipo de vino, whisky, ginebra, combinados con cola, vodka importado directamente de Rusia; algo así como el paraíso del alcoholico que no debe beber si conduce, pero que casi siempre te encontrarás al borde de las carreteras principales de la zona.
Nos llevamos un par de cajas de Coopers y unas latas de combinados de ron con cola. Tom se ríe de mi forma de conducir y hasta me pregunta si tengo carnet en España.
“Es que esto de ir siempre por la izquierda todavía no lo tengo desarrollado del todo”, me excuso para seguirle la broma.
La única luz que alumbra nuestra cena son las estrellas del cielo. También tenemos dos linternas manuales, a las que tienes que mover continuamente una manivela para que te den un poco de luz. La música que sale del radiocasete de la furgoneta de Tom, deja la atmosfera preparada para tumbarse en el césped del camping y no pensar en nada más.
Cada hora que pasa entiendo más las conversaciones que vuelan a mí alrededor. Si se habla de tenis, de motos GP o de fútbol, lo español siempre está presente, con lo cual mi opinión, aunque la diga despacio y con errores, es bien recibida por los australianos.
Se han apuntado más amigos a la acampada. Andy, un amigo de Tom y Jared, empieza a trepar los abetos que hay a nuestro alrededor. En menos de dos minutos, su figura blanca desaparece entre las ramas desordenadas del abeto que tenemos delante de nosotros. Se deja la pierna derecha sangrando por culpa de alguna rama que no respeto su paso. Pero esta tan borracho que no le importa nada. Sigue subiendo y bajando del abeto como un mono.
Cada uno tiene la hora de dormir instalada en sus ojos. Los míos no se cierran, pero mi pecho le pide a gritos a la espalda que se tumbe encima de nuestro nuevo colchón, y note las olas que no cogí antes en la playa, moviéndose dentro de mi cabeza. La noche no baja de los 30ºC, pero una vez que cierras la cremallera de tu casa de cien mil estrellas, los ojos pierden la partida y terminas sucumbiendo a las leyes básicas de la biología.
Además, tenemos que despertarnos temprano, porque la hora de salida del camping es a las 10:00.
A las 7:30 el sol nos empapa de sudor. Tenemos que desmontar nuestra casa, desinflar nuestra cama y darnos el último baño del día. Todo tiene que estar recogido y ordenado. Los camiones de la basura recogen los desperdicios de cada tienda. Las hormigas se han zampado nuestro desayuno y no nos queda otra que ir al único restaurante de la zona. Un bocadillo de dos huevos, bacon y salsa barbacoa no es una manera muy española de empezar el día. Tampoco lo queremos.
Estamos preparados para nuestro último chapuzón en Moana Beach. Nos subimos encima del kayak de Jared, y Lorena demuestra que en sus genes hay un campeón de traineras. Su abuelo Suso fue campeón de España hace muchos años y ella demuestra lo bien que se transmiten los genes de abuelos a nietos. En mi segundo intento encima del kayak, consigo no caerme y no dar vueltas como un idiota alrededor del mismo círculo.
Es hora de marcharse a casa. Besos, abrazos y despedidas de cualquier forma que queramos inventar. Ya sólo nos queda coger nuestro pequeño Mazda 2 y regresar a casa felices.
Siguen las 9 horas y media de diferencia con España. Hoy impresiona más saber que tenemos más de 30ºC de diferencia con cualquier punto de las ciudades que nos importan en España: Barcelona, Vigo, Santiago, Madrid… Más de 30ºC y a nosotros no nos enfría ningún aire acondicionado.
Que bien comentas las cosas, te lo digo siempre.
ResponderEliminarEl día 3 le mandé a tus padres las fotos me imagino que os darán las gracias pasados 7 días.
Tenéis que soportar mucho calor y nosotros estos días hemos pasado frío, para calentar la cama cuesta un rato. El día dos ingresó mi madre en Viveiro me dio mucha pena,la traeré a pasar unos días de vez en cuando.Un besote de mami.
ese surfero bueno!!!!
ResponderEliminarHace unos días me leí casi todas las entradas de enero del tirón pq no me había dado tiempo antes y ahora estoy poniéndome al día con las de febrero...Das mucha faena Samu!! Pero estos ojos a las 22h ya tan cansados,se alegran de todas las experiencias que váis teniendo por esa tierra tan maravillosa. Este relato ha sido muy bonito, con el contenido y con tu forma de explicar todo. Eres realmente muy bueno!! Besos a los 2!!
ResponderEliminarPor cierto!! Como mola dormir en esa casita!!Es divertido montar la tienda y dormir de esa forma tan diferente aunque sea por una noche!!Yo ya hace un par de años que no lo hago y no estaría mal repetirlo...me invitáis?? Jajajaj!! MUAAA
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