Fin de la Primera Parte de las aventuras de Lorena y Sam en Australia. Si quieres saber cómo nos va:

Y ahora, ¿Cómo es el invierno en Australia?

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sábado, 26 de febrero de 2011

19/02/11 Ni debajo del agua

Lorena ha empezado a hablar también por las noches. Mientras duerme. Los que la conocéis sabéis que es imposible aburrirse con ella. Hay un momento en cualquier situación donde esté ella que empieza a hablar. O estás tomándote unas cervezas y parece que nadie tiene ningún tema del que hablar. No pasa nada. Lorena sale al rescate de la situación y te cuenta algo. El resto es historia.
Ahora que tengo la infinita suerte de dormir a su lado, he descubierto que habla muchas noches. Lo más divertido es que dependiendo de cómo le haya ido el día, de qué hayamos visto en la televisión o de qué haya sucedido en el mundo, ella se transforma en un nuevo personaje y habla como si fuera él. Con el estrés de la nominación a los premios para este blog, ahora me cuesta dormir, o me despierto a media noche sin saber qué hacer para volverme a dormir. Pero como tengo a Lorena a mi lado, no me aburro. Incluso hay días que me pongo el despertador a las 3 de la mañana para saber en qué personaje se ha transformado hoy. Os resumo los personajes que ha sido Lorena esta semana mientras dormía.


Noche 1.
Lorena está hablando de micromoléculas que se desplazan por un estrecho microcanal de 50 micras de ancho. “Y si ponemos un poste de 20 micras de alto entre cada parte de los canales, podremos atrapar las células de cáncer…”, evidentemente hoy no se ha transformado en ningún personaje. Sigue hablando de su proyecto. Como ya sé de qué  va el proyecto, a los cinco minutos me vuelvo a dormir.

Noche 2.
Me despierto por un grito de desaprobación de Lorena. “Ahora no puedes decirlo”. Por un momento creo que está despierta. Le contesto. “El qué no puedo decir”. No me hace caso y compruebo que hoy es mi profesora particular de inglés.
“No puedes decir "What the hell" cuando veas que las manzanas del mercado han subido de precio…”
“What the hell”, pienso yo y me pongo a dormir.

Noche 3.
Una nota en Do sostenido (o Fa menor, no importa la nota) sale de la voz aterciopelada de Lorena a las 2:30 de la madrugada. Es la última concursante del nuevo programa de tele realidad del canal 9 de la televisión australiana. “Soy Lorena de España y os voy a cantar una muñeira que canta mucho mi abuela: “Mi mama no quiere que vaya al molino, porque el molinero se mete conmigo; se mete conmigo y me quita la falda, mi mama no quiere que al molino vaya…”
El público aplaude a la nueva estrella de la canción internacional. Es la nueva Susan Boyle, pero evidentemente en guapa. Espectacular éxito de la muñeira gallega en Australia. En el momento de las votaciones finales, me quedo dormido. Seguro que ha ganado.

 
Noche 4:
Me pongo el despertador a la hora punta de las actuaciones de Lorena. Hoy está incorporada en la cama,  sentada, apoyada sobre la almohada y con el brazo derecho estirado.

“¡Quiero dormir! ¡Dormir más que vivir!
En un sueño, como la muerte, dulce,
Estamparé mis besos sin descanso
Por tu cuerpo pulido como el cobre.”

Reconozco esos versos. Son de “Las flores del mal” de Baudelaire, que vienen muy a cuento para éstos momentos. Dejo que termine el resto del poema y con mucho cuidado la coloco bien en la cama para que siga durmiendo.
“Ya pasó, ya pasó”, le digo mientras le acaricio la cabeza, aplaudo emocionado por la actuación  y  la coloco de regreso a  la almohada. Ser un poeta maldito del siglo XIX es duro.


Noche 5.
Como mejor cocinera del mundo, Lorena tiene a su cargo un restaurante con 4 estrellas Michelin del que tiene que controlar que todo funcione a la perfección.
“Ponme allí un poco de sal”, dice levantando la mano izquierda. “Aquella salsa necesita un poco más de pimienta”, subiendo la mano derecha. Está oliendo su propia creación, y sonríe. “Pinche, corta cebolla para la paella”, parece que me dice mientras se gira hacia mí. Por si acaso, me hago el dormido y espero que la paella y el resto de platos estén a la altura de las 4 estrellas.

Noche 6.
No necesito ponerme ninguna alarma para despertarme esta noche. Las patadas que recibo de Lorena son suficientes. Esta buceando en la Gran Barrera de Coral y sus piernas se mueven debajo de las sábanas como si  llevara aletas. Hoy es difícil entenderla: “Glu glu glu…”, “glu glu glu…”, pero sigue diciéndolo sin  parar. Moviendo las piernas y dándome golpes en las espinillas. “Glu, glu, glu…”.
No parece que vaya a entender esta noche mucho de lo que me dice siendo una buceadora con mascarilla y aletas. Me levanto de la cama (o Gran Barrera de Coral) y me voy a dormir al sofá. Mis espinillas y tobillos lo agradecerán.

Noche 7.
Igual que dicen los creyentes que hizo dios al crear el mundo…El séptimo día, Lorena, descansó.
 
Hoy elijo 3 ciudades donde hay gente genial que ya deben estar durmiendo: en México son las 0:01 am, mientras que en Boston son las 2:01 am o en Buenos Aires ya son las 4:01 am; todos durmiendo. A mi lado, Lorena está mirando una película de Harry Potter y no duerme. A las 17:31 del mismo día que en el resto de ciudades anteriores, el que se va a quedar dormido soy yo.

3 comentarios:

  1. jojojo.. Que buena la Lorena!!! Vaya tela, no te aburres ni cuando duerme!! GENIAL!!!jajaja.. besitos para los dos!!! muuuaaccc

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  2. estas super fashion con las gafas....

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  3. Pobres los dos, debe ser el estrés. UN besote mami

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