Tengo que elegir mi próximo personaje antes de que el árbitro pite el inicio del partido. O soy ojeador de futuras estrellas del deporte; o soy periodista del diario local que suele ir a los conflictos armados de Oriente Medio, pero que hoy le ha tocado ir a narrar un partido de Escoba Ball para la radio “Channel To Be”; o soy el representante de Lorena, con lo cual los presidentes y magnates rusos que la quieran contratarla para su equipo, tienen que hablar conmigo. Difícil elección que me supone una duda existencial. Si tuviese a mano un libro del filósofo rumano E.M.Cioran, lo abriría por cualquier página y me aprendería de memoria la primera frase que leyesen mis ojos. Intento buscar en mi memoria de juventud alguna de las frases suyas que leí. Revuelvo entre los desechos olvidados de cosas que pudieron ser y no fueron, y encuentro una frase existencial que habla de la vida:
"El hecho de que la vida no tenga ningún sentido es una razón para vivir, la única, en realidad". E.M.Cioran.
Si no queréis perder el tiempo leyendo algo superfluo como mi blog, ir a cualquier biblioteca y tomar prestado cualquier libro de Cioran. Si no entendéis nada de lo que dice, es que vais por buen camino.
La frase me ha dejado preparado para el reto de las próximas dos horas. Lorena no lo sabe, pero hoy su entreno será más largo de lo normal. Tendrá que jugar dos partidos: el primero, uno de Escoba Ball (que ya os explicaré de qué trata), y luego un partido de Fútbol. Esta dentro de la quinta semana de entrenos de su estudio y hoy los profesores quieren que sus pupilos gasten 2000 calorías en una sesión doble.
Los entrenos se han trasladado hoy a un parque enorme de las afueras de Adelaide. El Oval Park. Hay decenas de gente corriendo alrededor del campo donde Lorena va a empezar a jugar su primer partido de Escoba Ball (o Lacrosse, para los puristas). El juego consiste en llevar una Escoba en la mano (o palo con red en la punta) e intentar coger una pelota de goma con la red de tu escoba, luego vas pasándole la pelota a tus compañeros y tienes que intentar meterle goles al equipo contrario. La portería son dos conos amarillos con una separación de unos tres metros. Lorena esta en el equipo Rojo, que llamaremos Lorena´s Friends. El equipo Azul será hoy los Lorena´s No Friends. Es el momento de elegir un personaje para mí. A partir de ahora soy el narrador del encuentro para la “Cadena To Be” y mi cometido es narrarlo para vosotros.
“Partido de la máxima rivalidad entre dos de las potencias mundiales en Escoba Ball. Los líderes del campeonato, Lorena´s Friends, se enfrentan a su máximo rival (los No Friend´s) en la lucha por el título de campeón del mundo. Hay un saque de honor antes del inicio del partido por parte del jugador que se acaba de retirar, Jimi “limpiador” Smith, que totalmente emocionado, coge su escoba azul, recoge la pelota de goma del césped y la lanza al segundo graderío. La gente aplaude emocionada…”Gooool en La Condomina…”, me interrumpe la voz chillona de un compañero que está narrando un partido de fútbol en España. El fútbol siempre es más importante que los deportes minoritarios. “Goool en Carrusel Deportivo….”.
Mientras terminan de narrar el gol del Alcoyano al Murcia, creo que es el momento de convertirme en otro de los personajes que he creado para mí. A partir de ahora voy a ser el representante de Lorena.
El partido está siendo totalmente controlado por el equipo rojo. Lorena marca el tiempo del partido. Recoge la bola, la pasa al compañero desmarcado, señala a quién hay que marcar. “Terri, vigila al de la escoba azul, al del bigote”, Lorena controla el partido. Lo hace perfecto. Justo en ese momento, tres tipos vestidos de traje se acercan hasta mí. Tienen pinta de magnates rusos. Se podrían llamar Tururovich, Abrapovich y Lennin III. El más viejo de los tres se mantiene al margen. Los otros dos se acercan fumando un habano apestoso que inmediatamente les digo que apaguen.
“Respeta a los deportistas”, les digo sin dejar de mirar a mi representada.
Me preguntan si yo también estoy buscando llevarme a la nueva estrella mundial del Escoba Ball.
“Yo no soy ojeador. Soy el representante de Lorena”, les suelto sin mirar a ninguno de los dos. Soy un verdadero representante duro. De cojones.
“Ohh, es la número uno”, me dice el más alto de los dos.
“Lo sé. No está en venta”, por supuesto se lo digo sin mirarle. Empiezo a ser hasta un poco mal educado.
“Todos tenemos un precio. Tenemos mucha pasta para gastarnos en ella”, ahora habla el bajito, que se ha quitado las gafas oscuras con la lentitud de una película francesa.
No digo nada. Sigo mirando lo bien que lo hace mi chica. “Muy bien, Lore”.
“Nuestro Big Boss se ha encaprichado de ella, dice que éste es el deporte del futuro y que no hay ninguna como ella para convertirla en la próxima estrella…”
“Mira tío, que no. La número 1 se debe a sus colores y no va a cambiar de Escoba por mucho dinero que le deis”, mi forma de conseguir un contrato millonario no tiene igual. Ahora seguro que ellos me van a plantar un cheque en blanco y no sé qué voy a decirles.
Como sigo mirando fijamente al campo, no me fijo en qué les está diciendo el Big Boss a sus pupilos, pero se despiden de mí sin que me hagan ninguna oferta en serio. Mi orgullo toma el mando y no deja que me rebaje: “Lorena se debe a su color rojo y a su Escoba”. Los tres magnates rusos desaparecen del campo de juego a la vez que termina el partido, y yo me quedo sin contrato millonario para Lorena. No tengo ni idea de cuál ha sido el resultado, pero por la sonrisa de ella, sé que han ganado el campeonato del mundo de Escoba Ball.
El Alcoyano ha vuelto a marcar otro gol en el campo del Murcia, y mis compañeros del estudio central, siguen sin darme paso. No importa. Ahora es el momento del partido de fútbol y me voy a convertir en ojeador de futuras estrellas.
Lorena se pone la camiseta roja y sus compañeros ya saben que la sangre española va a hacer que ella sea la estrella del partido. Como saben su potencial, quieren que esté en todas partes. Empieza siendo la portera. Casillas Lorena para todos los balones que vienen a su portería. Sus reflejos son tan veloces que las manos llegan antes al balón de que el tipo chute la pelota. Adivina la dirección de cada disparo, nadie es capaz de marcar un gol. Pero su equipo necesita un defensa que mande la pelota hacia arriba. El entrenador del equipo le dice que salga de la portería y haga de Piqué. Si ella es Piqué, yo soy Shakira; así que las miradas de los corredores que pasan por mi lado, se van irremediablemente a mis caderas. “Estos corredores pervertidos”, pienso en mi momento de diva del pop mundial. Pero yo lo que de verdad vengo a hacer es de ojeador. Un par de tipos con gorra negra, gafas de sol y camiseta de marca se ponen a mi lado. No dejan de mirarme el culo, así que le digo al entrenador que ponga a Lorena a hacer de Iniesta y las cosas irán mejor para todos.
Los tipos son dos ojeadores australianos que vienen en busca de carne fresca.
“¿Representas u ojeas?”, es la pregunta típica en este mundo. Como el “estudias o trabajas” de cuando ibas a ligar.
“Ojeo”, le contesto.
“Me imagino que vienes a por la de rojo”, suelta el que lleva la voz cantante del dúo.
“La toca como nadie”, le digo sin saber muy bien a qué me estoy refiriendo.
“Creo que es española y puede jugar de lo que quiera. Sería el fichaje del año en nuestra liga”, el cantante del dúo sigue hablando. El otro mueve los dedos como si estuviese jugando al “Air Guitar”.
Lorena está haciendo ahora de Villa y marca el gol del empate para su equipo. Debería pedir conexión con el estudio central para narrar el gol, pero el Alcoyano le está dando una paliza al Murcia, y acaba de marcar el tercero.
Los ojeadores australianos se maravillan del juego de Lorena. Ahora ha vuelto a ser Piqué y ha cortado un balón peligroso en defensa. Me toca cantar algo.
“Waka waka…this time for Africa”, muevo las caderas un poco y vuelvo a la conversación de ojeador.
“Lo siento por vosotros, pero ya tengo un precontrato con mi club. Habéis llegado tarde”, y les saco la hoja con mi aprobado de inglés del IELTS, que siempre llevo encima. Lo hago rápido para que se piensen que es el precontrato con Lorena, y se marchan cabizbajos hacia otro campo de fútbol.
“Lo siento chicos”, me despido de ellos.
El partido entra en su recta final. Vuelve a ser mi turno como locutor de radio.
“Último minuto en el Oval de Adelaide, y sigue el empate a dos…Iniesta Lorena coge la pelota en medio del campo, regatea a uno, a otro…Dios mío, lo que está haciendo Lorena con los contrarios, va a marcar, Lorena va a marcar…”.
Si esto fuera una película de Hollywood, la imagen se vería en cámara lenta. Veríamos a Lorena a punto de disparar con su pierna derecha el gol de la victoria, se quitaría la camiseta roja para celebrarlo y todos estaríamos tan felices…pero a mí no me gustan las películas de Hollywood. Así que Lorena se acerca a la portería, levanta su pierna derecha, apunta hacia la portería contraria, chuta con toda su fuerza y la pelota sale rozando el poste derecho.
“Oooohhh”, gritan todos los compañeros, las gradas, los comentaristas de radio, la señora que pasea a su nieto en un carrito Vintage. La realidad es a veces así de dura. Lorena ha marcado los dos goles de su equipo, ha parado todos los balones cuando hacía de portera, ha despejado cada pelota cuando era Piqué, pero no ha podido marcar el gol de la victoria. Los grandes del deporte no son invencibles. O Nadal ha ganado alguna vez el Open de Australia; o Michael Jordan sabe jugar a la petanca.
Nos vamos a casa cogidos de la mano. Creo que si hoy tengo que elegir un personaje para mí, voy a quedarme con la diva del pop. Piqué me acaricia la mejilla y yo le canto al oído el estribillo de su canción favorita: “Hips don´t lie”.
HOLA SAM dificil eleccion pero seguro que tu sabras lo que tienes que elejir porque tienes mucha capacidad-y como narrador no tienes desperdicio-de LORENA que se puede decir simplemente que es la mejor y por eso se queda en
ResponderEliminarel equipo ganador que es el buestro
BESOS PARA LOS DOS CHAOOO