Eddie Vedder todavía no lo sabe, pero ésta noche cuando empiece a sonar los primeros acordes de “Alive”, va a coger el micrófono con fuerza, me va a buscar entre el público del Thebarton Theater y antes de empezar a cantar me la va a dedicar.
“Quiero dedicar ésta canción a un tipo español que anda por aquí con su chica; está viviendo por uno de los suburbios de la ciudad intentando encontrar su hueco en el mundo, su chica está con cosas importantes de científicos, descubrimientos y esas historias, y están buscándose un hueco entre la gente cool de Adelaide…hoy está de cumpleaños y sé que ésta es su canción favorita…va por ti, Sam”.
Esta tarde he vuelto a vestirme de Grunge para el concierto de Eddie. Vaqueros rotos, camiseta a rayas (negras y rojas), Converse gastadas, barba de siete días, pañuelo violeta en el cuello…Lo que viene siendo un auténtico cromo. Pero Grunge. A pesar de que siempre fui más de Nirvana que de Pearl Jam, no está nada mal que su cantante me vaya a dedicar esta gran canción. Más que nada porque Kurt Cobain no llegó a tiempo para dedicarme el “Smells Like Teen Spirit”. Ya hace años que no huelo como un adolescente.
Pero antes de llegar al concierto me van a cantar el Cumpleaños Feliz dos veces.
Primer Cumpleaños Feliz:
La primera es Lorena. Son las 0:00:01 del día 28 en Mawson Lakes. Llevaba más de una hora durmiendo en la cama mientras Lorena estaba viendo en su portátil los esfuerzos sobrehumanos que están haciendo nuestros gordos favoritos por perder peso. El programa “The Biggest Loser Family” ya va por su sexta semana y ya se empiezan a ver los resultados. Yo también empecé a ver el episodio tumbado en la cama, pero a los cinco segundos de empezar me quedé completamente dormido. Luego pasaron los segundos por encima de los minutos y los machacaron. Fueron las 23:50, pasó un minuto y llegarón las 23:51, el 52, y cuando llegó el momento del cero, a las 0:00, el 36 que tenía mi edad desapareció para darle paso al 37. Sin anestesia. Luego Lorena me desveló con su “cumpleaños feliz” cantado dulcemente al oído. Yo abrí los ojos y lo que realmente oía eran unos aplausos que parecían venir del pasillo de casa. La neurona que se queda de guardia, en la garita como los soldados por si pasa algo, le explicó al resto de mi cerebro que detrás de la puerta de nuestro dormitorio había una fiesta sorpresa preparada para mí.
“Qué coño hacen los amigos aquí, a éstas horas”, intentaba decir mi lengua sin éxito. Mi cabeza creía que detrás de la puerta estaban todos nuestros colegas de Australia aplaudiendo después del cumpleaños feliz que acababa de cantar Lorena. Que iban a abrir la puerta, con sus cervezas en la mano, se iban a sentar en la cama y empezaríamos a jugar a: “coge una carta y bébete la Coopers de un trago”.
“¿Por qué aplauden?”, consigo preguntarle a Lorena.
“No, si están aplaudiendo a Damien que ha perdido 60 kilos desde que empezó el concurso”, me dice Lorena, que tiene algo en las manos. No es una cerveza Coopers, así que no tengo que bebérmela de un trago. Es mi regalo de cumpleaños: un pedazo de reloj Polar para controlar mis futuros entrenamientos por éstas tierras.
“Muchas gracias, amore”. Un minuto y medio después me vuelvo a quedar dormido.
Segundo Cumpleaños Feliz:
La segunda persona que me canta el “Happy Birthday to you…” es Marta, nuestra amiga polaca. Nos la encontramos en Frome Street, justo delante del edificio dónde Lorena tiene que hacer sus ejercicios del estudio al que está apuntada. Marta no se corta un pelo y delante de docenas de universitarios que salen de sus clases empieza a cantar. Por muy Grunge que vaya vestido, el espíritu vergonzoso se sonroja. Los adolescentes de primer curso de enfermería pasan por mi lado y me sonríen mientras Marta cada vez grita más fuerte el “to you”, apuntándome con el dedo. Sonrisas forzadas, gafas de sol y el pañuelo violeta tapándome la cabeza. Le agradezco a Marta su felicitación y me voy a pasar la hora que tengo libre hasta que Lorena termine su clase, con algo que hago cada día de mi cumpleaños desde el año 1986.
Flashback: 28 de marzo de 1986
Tengo ahorradas 1250 pesetas para hacerme un regalo. Cumplo 12 años y quiero comprarme mi primer disco. Me encanta la música. Los casetes de música no bajan de ese precio, así que tengo que apuntar bien. Miro en el escaparate de la tienda de discos que hay en la esquina de la calle Rosellón. Entro con decisión y le pido el último disco de Dire Straits, “Brothers in arms”. Quiero que ese disco sea el primero que me compre en mi vida. Hoy es el mejor día para hacerlo. El plástico que envuelve el casete es fácil de quitar. La mezcla de olor entre el plástico y la cinta magnética es desagradable, pero estoy deseando llegar a casa, meter el casete en el reproductor y escucharlo. Me encierro en mi habitación y empiezo a escuchar los primeros acordes de la primera canción del disco. Después de escucharlo la primera vez, quiero que éste momento se repita cada día de mi cumpleaños. Me hago una de esas promesas que no sé si se cumplirán.
“Quiero escuchar cada día de mi cumpleaños este disco…”.
Adelaide, 28 de marzo de 2011 (18:20 de la tarde): 25 años después acabo de volver a escuchar el disco de Dire Straits que tengo metido dentro de mi iPod. De momento, la promesa que me hice el día que me compré mi primer disco cuando cumplí 12 años, sigue cumpliéndose.
Me encuentro con Lorena en las escaleras de la universidad. Está lista para ver a su cantante favorito y no hay nada que me apetezca más que estar a su lado. Llegamos con tiempo al Thebarton Theater, esperando que llegue el momento en que Eddie me dedique su canción “Alive”. Antes de ese momento mágico, cuando el concierto lleva casi media hora y Lorena corea una versión brutal de “Better Man”, se gira hacia mí y me pide algo a lo que no puedo negarme.
“Verdad que tengo licencia con Eddie. Si alguna vez te engaño con él, me perdonarás”, me lo pide con tanta sinceridad que no puedo negarme.
“Claro, cariño, tienes todo mi apoyo. Suerte”, le deseo con la misma sinceridad.
Los primeros acordes de “Alive” suenan para mí.
Rápidamente: Hora en Australia: 12:30 del día 29 de marzo de 2011. Hora en Buenos Aires: 23:00 del día 28 de marzo de 2011. Todavía hay lugares en el mundo dónde puedo seguir celebrando mi cumpleaños. El que va a ser recordado como el más largo de la historia.
http://www.youtube.com/watch?v=60HrwY_CsiQ
ResponderEliminarel primer grito que pega es genial!!!!!
Me acuerdo de la cinta de "Nevermind de Nirvana" que se llego a petar por tanta veces que la escuchabamos.....no se si era tuya o mia bro??
ResponderEliminarHOLA SAM hoy estoi un poco espeso y por eso no se que poner pero lo bueno esque LORENA y tu podreis celebrar tu CUMPLE durante varios dias y eso te ira bien para seguir recibiendo regalos y seguir
ResponderEliminaryendo a buestros conciertos faboritos
BESOS PARA LOS DOS CHAOOO
Sam felicidades, que cumplas nuchos mas,que se cumplan tus deseos. mami
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